Luc. 8:22-25
Dios tiene propósitos con cada uno de nosotros porque no quiere que nadie se pierda sino que seamos salvos por su gracia y misericordia, asi mismo, que aprendamos su Palabra y la apliquemos.
Dios sabe y conoce cual es nuestra necesidad pero quiere un encuentro con nosotros para darnos la victoria y suplirnos de lo que nos hace falta.
Todo aquel que esté cautivo por los problemas de la sociedad Dios quiere darle libertad por medio de su Hijo Jesucristo.
Cuando pasamos por problemas o dificultades es con un propósito porque asi como Dios permite la calamidad tambien nos da la salida, Él no nos deja desamparados ni avergonzados.
Jesucristo quiere que confiemos en Él aún cuando sintamos que pareciera que no estuviera con nosotros sabemos que Él no nos deja solos, simplemente quiere enseñarnos a que confiemos en nosotros mismos para que tengamos una vida victoriosa siempre, en todo momento.
Dejemos que Jesucristo sea el capitán de nuestro barco; si es el dueño de nuestra vida no importan las tempestades o mareas que se levanten contra nosotros, pues eso no nos detiene porque estamos confiados en el Rey de reyes y Señor de señores que es Jesús.
No nos preocupemos cuendo estemos pasando por tribulaciones porque eso es algo pasajero que no va a durar toda la vida, pues el dueño de todas las cosas, el Poderoso en batalla, el campeón de campeones, el único Dios sobre toda la tierra está con nosotros, nos hace triunfar y no permite que el diablo nos derribe.
Cualquier porblema por el que pasemos tiene un propósito porque Dios se quiere glorificar en ese problema; solo debemos confiar en Dios para que haga lo que tenga que hacer.
Sal. 37:5
¿Dónde está nuestra confianza? Nuestra confianza debe estar puesta en Dios porque Él hace el milagro, Él da la victoria; si confiamos, si creemos veremos la gloria de Dios en nosotros; asi que ¿Dónde está tu fe? La fe avanza, no retrocede, ella no pide permiso, pero sin fe es imposible agradar a Dios.
La fe todo lo puede, con ella agradamos a Dios y alcanzamos lo que queremos. ¡Dios te bendiga!
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